[ Declaración de Artista ]

Mi trabajo parte de la naturaleza y el cuerpo como espacio de memoria, de percepción y de tránsito. No me interesa la fotografía como una representación objetiva, sino como una herramienta para provocar experiencias sensoriales e introspectivas. La imagen, para mí, no es un destino sino un recorrido: una posibilidad de conectar lo íntimo con lo colectivo, lo invisible con lo tangible.

Mi formación en arquitectura me ha dado una comprensión espacial que traslado a cada obra. No construyo desde la técnica, sino desde la intuición. Cada fotografía nace de un impulso interno, y se concreta tras un proceso de reflexión donde el azar, el silencio y la observación se convierten en aliados creativos. Trabajo con recursos mínimos porque creo en el poder esencial de la mirada: en la capacidad de una imagen para transformarse en eco emocional, en resonancia de lo no dicho.

Busco que mi obra sea una experiencia más que una contemplación. Me interesa involucrar al espectador como co-creador, invitándolo a moverse, a habitar el espacio, a leer la imagen desde su propia corporalidad. Así, la fotografía deja de ser objeto y se convierte en proceso. En acto.

Exploro temas como la vulnerabilidad, el deseo, la fragmentación y la identidad. Pero sobre todo, me interesa la percepción: cómo vemos, cómo recordamos, cómo sentimos. Mi trabajo no tiene respuestas. Sólo preguntas. Y cada imagen es una forma de hacerlas visibles.